Reseña: Black Bird - Kanoko Sakurakouji

Este manga lo empecé sin tener ninguna idea de lo que me iba a encontrar. No me había leído la sinopsis, no me habían hablado sobre la historia; no sabía nada de nada y tampoco había visto la portada.

 ¡Menos mal! De haber sabido que se trataba de un shojo con temática sobrenatural… probablemente ni me lo habría leído y habría cometido un grave error. El problema es que tengo un historial con shojos sobrenaturales que… tela marinera (me acabo de dar cuenta de que esta expresión no tiene  ningún sentido). En fin, más adelante puede que haga una entrada sobre eso pero ahora vamos a centrarnos en lo que importa: Black Bird.

¡Y es que puede que este sea uno de mis mangas favoritos!  Black Bird tiene muchas cosas. Muchas cosas que me encantan. Mitología, un poco de acción, conspiraciones y romance. Mucho romance, puede que demasiado dependiendo del día.


Misao Harada es nuestra protagonista. Por desgracia. La cierto es que tiene que gustarte mucho Black Bird para soportarla, pero mucho. No es que sea la protagonista de manga más insoportable del universo pero el tercer puesto lo tiene asegurado. El caso es que Misao es una chica humana, una estudiante de instituto para nada normal puesto que puede ver espíritus, demonios y seres que para los demás humanos pasan desapercibidos. Hasta ahí bien. ¿Cuál es el problema? Que todos estos demonios tienen un objetivo: matarla o comérsela, entre otras cosas. Misao es como el gordo de la lotería para los demonios, es especial ya que puede otorgarles mucho poder. Es un rollo rarísimo que el manga explica mucho mejor de lo que yo lo hago.  

Misao es lo más indeciso del mundo, una dramas de campeonato y parece que siempre busque ponerse en peligro además de ser la típica buenaza que no piensa más que en su romance, bla bla bla. Por lo menos es la impresión que tengo yo. Ella es el centro de todo y cuando digo todo, ES TODO. Y diréis: Claro, es que es la protagonista. LO SÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE, pero es que si no fuese tan tonta descuidada...

En realidad, tampoco tengo muchas quejas de Misao supongo que por los años que llevo leyendo este manga y por el aprecio que le tengo.  #LoveMisao

Kyo Usui. El hombre perfecto. Bueno... el demonio perfecto. Es una de las razones por las que soportaba a Misao, Kyo aunque peca de supermegaprotector —como la gran mayoría—, me encandilaba de una forma muy bonita. Es uno de esos protagonistas masculinos que están hasta las trancas de la chica y todo ese rollo empalagoso, pero Kyo tenía sus momentos en los que también hubiese tirado a Misao por un precipicio. Kyo Usui siempre se me antojó como un personaje muy interesante porque muchas veces sus acciones te pillaban desprevenidas. Él iba muy a su "bola", por decírlo de alguna forma. Encantador.

Sho Usui. El hermano y eterno rival de Kyo. Aunque aparece como "el malo de la peli" a mí siempre me gustó Sho. No tenía el mismo carisma que Kyo y muchas veces no sabías cuáles eran sus verdaderas intenciones, siempre me hacía dudar pero eso también me gustaba. Creo que no aparecía tanto como me hubiese gustado, creo que si la autora se hubiera centrado un poco menos en la relación de amor y un poco más en la trama de Sho... En fin, shojos.

Y estos hermanos nos llevan al clan Tengu. ¡Madre mía el clan Tengu!

Enamoradita me tiene todos. En especial Zenki que, aunque me guste Kyo, era el ELEGIDO para mí. Necesitaba más escenas de Zenki. Las necesito todavía.

Con sus gafitas, es que me lo como. ¡Me lo como!